lunes, 8 de octubre de 2012

La Luz en la Fotografía



Luz natural 
La emitida por el sol, que es nuestro principal proveedor de luz.



La luz natural dura:
La luz natural dura es propia de los días soleados, especialmente hacia el mediodía. Su principal característica es la acusada diferencia entre las zonas iluminadas y las zonas de sombra, que se traducirá en sombras profundas y perfiles marcados.
La dureza de este tipo de iluminación ayuda a imprimir fuerza y carácter al motivo de la fotografía, al presentar las imágenes intensos colores y un elevado contraste entre las zonas con diferente intensidad de luz.
Las sombras son más alargadas durante las primeras y últimas horas del día, otorgando una sensación de mayor profundidad a las imágenes. Durante el mediodía se acortan, presentando una iluminación más plana que resta volumen a la fotografía, que podríamos calificarla como menos interesante.

Valor de exposición: Determinar la exposición correcta, ante las acusadas diferencias entre las zonas iluminadas y las zonas de sombra, puede presentar dificultades. Donde debemos realizar la medición va a depender del soporte que empleemos.

Alto contraste: Una de las principales características de la luz dura es su elevado contraste, que en cierta medida podremos controlar de diversas maneras en función del soporte a emplear.

Dirección de la luz: A medida que avanza el día varía la posición del Sol y con él la dirección de la luz natural, que hará que las sombras cambien de forma, posición y ángulos. Una misma escena verá enormemente modificado su aspecto en función de la dirección de la luz.

Intensidad de la luz: La calidad de la luz variará en función de la fuerza y dirección, por tanto la intensidad dependerá de las estaciones del año y las distintas horas del día, adquiriendo su mayor dureza en el verano, al mediodía, especialmente en los puntos muy altos. Cuanto más intensa sea la luz más oscuras y recortadas serán las sombras, así como brillantes las zonas iluminadas, otorgando mayor contraste a la escena.


La luz natural difusa:
La luz natural difusa se produce los días nublados, al amanecer -antes de salir el sol- y  atardecer -al ponerse el sol-. La luz difusa la encontramos también en las áreas de sombra en los días soleados.
Al contrario que la luz dura, la luz natural difusa produce sombras muy suaves, se trata de una iluminación uniforme, con escasa diferencia de intensidad de luz entre las zonas más iluminadas y las menos.

Valor de exposición: Determinar el valor de exposición correcto no tendrá mayor complicación, debido a la diferencia menos acusada de intensidad de luz entre las zonas iluminadas y las zonas de sombra.

Bajo contraste: Con la luz natural difusa el contraste será mucho menor que en el caso de la iluminación con luz dura. Pese a lo que pudiéramos pensar inicialmente, con la luz difusa podremos lograr colores saturados y con gran riqueza de matices.

Dirección de la luz: Debido a la práctica ausencia de sombras, la dirección de la luz pierde importancia, lo que puede causar en nuestras imágenes una sensación de falta de profundidad, lo que llamamos imágenes "planas". Para compensar esa falta de sombras podemos jugar con la diferencia de tonalidades de la escena, con la profundidad de campo...
La luz difusa nos brinda una oportunidad única de recoger hermosas fotos de vegetación, al tratarse de una luz suave y sin sombras. Igualmente es muy adecuada para el retrato, al evitarse las molestas sombras que pueden afear un rostro.
Intensidad de la luz: Contar con menos intensidad de luz en ocasiones es una ventaja. Un claro ejemplo es en el retrato, al encontrarse el sujeto más cómodo ante la menor intensidad de luz, así el rostro aparecerá más distendido, evitándose muecas y guiños por las molestias que ocasionaría la luz del sol directa.

Luz Artificial
 Es aquella que proviene de lámparas, spotsflashes y otros objetos luminosos controlados por el fotógrafo, teniendo como ventaja el poder manipular la dirección, color e intensidad de éstas. Sin embargo el uso de luz artificial tiene un costo más caro de producción y requiere de conocimientos técnicos para manejarla adecuadamente; dependiendo de la cantidad de luces que se utilicen puede haber un límite de la extensión de la superficie iluminable, por lo que la luz artificial suele ser complemento de la natural y viceversa
Se añade intencionadamente a la luz ambiental de una escena. Puede ser tan sencilla como un flash o tan compleja como un banco de focos de estudio. Con un equipo adecuado nada impide recrear cualquier efecto luminoso. Pero, normalmente, lo que el fotógrafo quiere es elevar la luminosidad, de modo que el resultado parezca natural. La atención, por tanto, debe centrarse en el sujeto u objeto a iluminar y cómo impacta en éste la luz.

La luz artificial permite el control absoluto sobre la dirección, calidad e intensidad de la luz. Las fuentes luminosas pueden cambiarse de sitio y difundirse o reflejarse. La intensidad de la luz se elige en base al sujeto, o a la abertura y la velocidad que se hayan escogido. Todo lo estudiado acerca de la calidad y dirección de la iluminación natural se aplica a la artificial.






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